domingo, 19 de octubre de 2008

NOTICIAS: EL 24 DE OCTUBRE ES EL DÍA DE LA BIBLIOTECA

El día 24 de octubre celebramos el día de la Biblioteca. En la página web de la Asociación de los amigos del libro (amigosdelibro@amigosdelibro.com) podéis leer toda la información sobre la celebración que se va a llevar a cabo este día en Galicia, así como admirar el precioso cartel conmemorativo. El texto de este cartel ha sido escrito por Agustín Fernández Paz.

Donde hay una biblioteca hay una luz
ABRE LAS PUERTAS y entra. Entra en este espacio
que aguarda por ti, en este ámbito donde
cada palabra es un don que recibimos como regalo.
Recorre todos los rincones de esta casa de
la libertad, respira este aire que no sabe de fronteras,
déjate llevar por la corriente de aromas
que anuncia los tesoros de la biblioteca.
Estamos en un lugar especial, sería imposible
confundirlo. Desde el cielo debe de verse como
un punto de luz brillando con la intensidad
mayor, como un aleph que contiene la memoria
y los sueños de la humanidad. Una luz, sí. Una luz
que ilumina como un faro entre las tinieblas, con
el rítmico latido de un corazón inmenso que expande
ondas de libertad y de esperanza por el
territorio que la circunda.
Quizá podríamos seguir viviendo si nos faltara
este aire que hace vibrar todas las células de
nuestro cuerpo, quizá las personas continuaríamos
con nuestra existencia rutinaria si no existiese
la biblioteca, pero algún lugar decisivo
quedaría vacío en nuestro corazón.
Nos faltaría la energía que nos hace desear una
vida mejor, una ciudadanía más libre, una sociedad
más justa. Nos dolería no escuchar la voz de
las personas que sufrieron la historia y la de las
que la sufren ahora mismo; sería insoportable oír
solo las palabras de los que pretenden dirigir y
controlar nuestras vidas.
Para que esto no suceda, abre las puertas y
entra. Ábrelas siempre, todas las puertas, pues
cada vez que lo haces te incorporas al río subterráneo
que alimenta a la biblioteca, al torrente
de libertad que la hace vivir y le da ánimos
renovados.
ABRE LOS LIBROS y sumérgete en el agua de la
vida que brota irreprimible desde sus páginas.
Déjate arrastrar por el torbellino de voces, de lenguas,
de olores, de paisajes. No olvides nunca la
fascinación que experimentamos en los años de
infancia, cuando se nos revela la dimensión mágica
que tienen las palabras y descubrimos que
las páginas de los libros pueden contener el
mundo entero.
Como las campesinas que se afanan en la rebusca
de espigas entre los surcos después de la
siega, también los escritores recogen las palabras
una a una y elaboran con ellas el pan humilde
de sus textos. De este modo hacen que
lleguen hasta nosotros, siempre nuevas y siempre
sorprendentes, pues los libros poseen la insólita
capacidad de revivir y reinventarse en cada nueva
lectura.
Todas las personas necesitamos las historias, los
sueños, las palabras, tal vez sea una característica
inscrita en el ADN de la humanidad. Las necesitamos
como el comer, como beber agua, claro
que sí. Para entender el mundo y para entendernos
a nosotros mismos, para soñar otros destinos,
para celebrar los dones que la vida nos da. Sabemos
que no podríamos vivir sin el aliento de la
imaginación y de la creatividad, sin las palabras
que expresan la variedad y la belleza de nuestros
deseos y de nuestros sentimientos.
Por todo eso, abramos los libros. Ellos contienen
los sueños, las pasiones, los miedos, los amores,
las risas. En sus páginas habita la inmensa variedad
de sentimientos y experiencias de la humanidad,
de las personas que viven ahora en
cualquier lugar del mundo y de las que desaparecieron
hace muchos años. Los libros: ríos de
palabras que se nos ofrecen con generosidad
para ayudarnos a aprender el oDcio de vivir, para
cambiarnos la vida e implicarnos en la transformación
del mundo.
DONDE HAY UNA BIBLIOTECA HAY UNA LUZ que
atraviesa todos los muros, una luz que se hace
más intensa cuando crecen las personas que la
incorporan a sus vidas. Las mismas personas
que, más tarde, al caminar por calles y plazas,
llevarán con ellas el reEejo de esa luz, la semilla
de ese mundo nuevo que algún día haremos crecer.
Un mundo más solidario, más plural, más
culto,más justo. Un mundo donde no se escuche
la voz adormecedora de los poderosos, sino las
palabras múltiples y diversas de todas las personas
que habitamos esta casa común que es
nuestro planeta.

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